¿Es o no es?, es el cuestionamiento el cual me acompaño gran parte de mi adolescencia, hasta que a los 19 años decidí hablar con mi madre sobre mi orientación sexual. La decisión no fue fácil, pues digamoslo así, preparé durante mas de año a mi madre sobre esto. Más que preparación, debo de admitir que le envié señales no tan subliminales, sobre mi condición.
Creo que el mensaje era más que claro, deseaba transmitirle a mi madre, que tenia una tendencia, que deseaba compartir mi vida con un igual, de forma afectiva como sexual (obvio que lo segundo lo sacó ella por sentido común), y que independientemente de eso, seguiría siendo su hijo, su compañero de tertulias.
De hecho, hubo un momento en el cual dudé si era el mejor momento de decirlo, pues la mayoría de mis amistades estaban en la misma condición que yo, aún no habían salido del "closet", y se debatían si decir la verdad o no a sus respectivas familias. Sobre todo temía a algo muy comun: el miedo. No sabia como seria su raccion, y lo peor de todo, llegue a pensar que me delataría con mi padre, agudizando mas mi estado de incertidumbre.
Mi principal motor para armarme de valor y contarle todo, fue mi relación clandestina que llevaba en ese entonces con javier. Cabe mencionar que él jamás me incitó u obligó a contar mi verdad, más sin embargo me dijo una frace que siempre me ha acompañado: "Si eres o no,a ella eso no le importa, lo que ella necesita es la VERDAD, pues también hablando con el corazón se ama".
Tal frase hizo que tomara la iniciativa, y un fin de semana, nos sentamos en la sala de la casa, y comenzó la declaración que duró mas de dos horas, en las cuales, debo de admitir que hubo lagrimas, pues a pesar de que mi madre es una mujer preparada y"open mind", el hecho de que su hijo tuviera una preferencia sexual diferente, pues creo yo que es algo que los padres no se esperan. Pero comprendió que ni ella ni yo somos culpables de esto, se es, se elige este camino con todo lo que implica y punto, no hay más que caminar hacia adelante con la frente en alto, sin nada de que avergonzarse.
Al final de la charla, duramos un largo tiempo abrazados, y a pesar que exteriorizo su propia incertidumbre sobre mi futuro, le dije que jamás me separaria de ella, y que me dedicaria en cuerpo y alma a mi familia. Por un momento mi madre guardo silencio y agrego: "A tu familia y a quien elijas como tú compañero de vida", después de esto, la abrasé más fuerte y simplemente agradecí en ese momento a dios, por tener una madre tan especial y unica, por que a decir verdad, muchos chicos mexicanos suelen vivir verdaderas guerras civiles en su entorno familiar al momento de declarar su orientación sexual, sin mencionar que el primer rechazo viene por parte de los padres.
Despues de todo esto, debo de admitir que soy afortunado de vivir en un hogar incluyente, a pesar de que mi padre sigue haciéndose "oidos sordos" sobre el tema, no me preocupa, por que a pesar de no decirle a él directamente si soy o no, a él simplemente le basta saber que soy su hijo, y que me ama y lo amo.
Y a pesar de que mis otros familiares se preguntan si "Soy o no soy", me agrada siempre dejarlos con la duda y que hagan sus propias deducciones, pues debo de decir, que mi realidad la saben solo aquellos que amo y quiero
Soy afortunado y eso es lo que agradezco, pero no dejo de pensar en que aun hay chicos que al momento de confesar a sus familias su condición, no corren con la misma suerte, y en vez de ser una experiencia renovadora, donde la familia se una aún más suele convertirse en todo lo contrario, y de verdad creo que todo esto debe de cambiar, pero dicho cambio debe ser desde nuestro propio entorno, desde nuestro gremio, pues hay una ley universal: si quieres el respeto de los demás, comienza por respetarte a ti mismo.