sábado, 3 de octubre de 2009

Una unfancia en caricatura...

Creo que todos en algún momento de nuestra vida hemos seguido las aventuras de hombres monos con súper poderes que se vuelven rubios, atraviesan planetas enteros con tan solo teletransorparse; de niñas mágicas que con sus baritas hacen algún tipo de suerte o luchan “por el amor y la justicia”. Si estoy hablando de las historias que en mi caso incrementaron mi imaginación y alimentaron mis fantasías en los tiernos días de mi infancia y una parte de mi adolescencia. Con tales argumentos recuerdo que cada sábado me levantaba a las 8:00 de la mañana para ver en “Caritele” del canal 13 las aventuras de 5 jóvenes que se enfrentaban a temibles dioses mitológicos con tal de salvar a su diosa, y así mantener la paz sobre la tierra.

En aquellos días (más o menos por el año 93) ver anime estaba en boga entre los niños, tal furor causaban tales animaciones que para una Navidad lo único que deseaban los pequeños era tener entre sus manos un “Caballero del Zodiaco”, aun puedo recordar la aglomeración de padres que se generaba en las tiendas con tal de conseguir el tan afamado juguete.

Pero el anime no solamente habla de héroes extraordinarios entre sus clásicos más representativos también se encuentran historias rosas y telenoveleras que son capaces de arrancar las lágrimas de sus espectadores. Quien no puede olvidar la fabula de una niña rubia de coletas huérfana, que tras enfrentarse a duras penalidades, enamorarse más de una vez logra convertirse en una capaz enfermera; Mi madre aun recuerda con cariño la historia de “Candy Candy”, pues en sus tiempos mozos también ella soñaba en encontrarse a un “Príncipe de la Colina” o un Terry Granshester que la hiciera vivir el mas idílico de los romances.
 
 
 
 
Cuando las fantasías de la niñez fueron dando paso a las experiencias de la adolescencia (sexuales y no sexuales) recuerdo la travesía de la princesa de la luna tonta y llorona que al lado de su sequito de cinco chicas luchaban contra andróginos villanos utilizando báculos que se accionaban con movimientos aeróbicos perfectamente coordinados.
 

 
 
Tales recuerdos aun los llevo en mi corazón, pues cuando veo anime de manera automática evoco los tipos sencillos en los cuales mí tiempo transcurría plácidamente entre las tareas escolares, los dulces y mis cartoons favoritos. Cuando llegaba de la secundaria después de que mi cerebro se enfrentara con las lecciones de algebra de mi profesor Salvador Bracamontes, me relajaba viendo las mil aventuras de estos seres de cabellos multicolores.
 



2 comentarios:

  1. jaja, Me acuerdo de Candy Candy. Tienes razón, los que tenemos la suerte de haber tenido una infancia alimentada de fantasía todavía recordamos con nostalgia muchos de esos momentos, con nuestros tebeos( cartoons) , nuestras películas animadas y todo aquello que nos ayudó a soñar que nuestros héroes vivían nuestro mundo como nosotros el suyo.

    Un abrazote

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  2. Que casualidad que acabo de escribir un post sobre los tebeos (comics) que leia de pequeña!
    Por que no contestas a mis comentarios?
    Ya sabes que te deseo lo mejor. Un beso de Lola
    http://boheme.zruspas.org
    Aunque no se porque firma mi hija Mónica, soy yo, su madre la que te pone el comentario.

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